domingo, 18 de julio de 2010

Gainsbourg. Vida de un héroe (2010)

Ya he manifestado en este blog mi profunda admiración por un personaje que marcó toda una época en la chanson française, pero que llegó a ser un artista total, todo un personaje que creó su propio personaje, y ambos llegaron a confundirse tanto que parece que al final de sus días, ni él mismo sabía cuál era cuál. Estoy hablando de Serge Gainsbourg. ¿Y por qué me fascina? Pues quizá por su rebelión a seguir al rebaño, por su afán de ser siempre el enfant terrible y escandalizar a la sociedad bien pensante y, por supuesto, porque era un verdadero seductor que siempre ligaba con las chicas más guapas de la reunión (sin ser él un modelo de galán, precisamente).

Pues bien, se acaba de estrenar Gainsbourg. Vida de un héroe dirigida por Joann Sfar (que además es dibujante de cómics). Lo primero que me gustó de esta película (además del impresionante parecido del actor Eric Elmosnino con el cantante) es que ya en los títulos de crédito el autor la califica como un cuento. Y creo que así le hubiera gustado a Serge (nacido Lucien Ginsburg en una familia de origen judío) ver retratada su vida. A lo largo del metraje vemos la eterna lucha del protagonista con un alter ego bastante comiquero (ahí se nota la formación del director), sus triunfos en el mundo de la música, sus amores (llegó a decir que hacer el amor con Brigitte Bardot era como hacerlo con toda Francia) y su posterior declive y caída, víctima de su propio desenfreno vital.
Momentazos, muchos. Yo me quedo con dos. Uno es el de la creación de la canción Je t'aime, moi non plus, originariamente escrita y pensada para cantarla junto a Bardot, que al final se negó a hacerlo, siendo grabada finalmente junto a la linda Jane Birkin, en una versión que no desmerece en absoluto. El segundo es el de la versión reggae de La Marsellesa, que escandalizó a muchos y encandiló a otros tantos. No hay nada como desmitificar patrias, himnos y demás zarandajas a través del humor. Sólo los genios son capaces de ello y Gainsbourg lo fue. ¡Salud maestro!


No hay comentarios:

Publicar un comentario