Ayer vi El secreto de sus ojos, la última peli de Juan José Campanella, que ha sido muy bien acogida en el Festival de San Sebastián, aunque finalmente no se haya llevado ningún premio (los designios de los jurados de los festivales suelen ser bastante misteriosos). La película narra desde el presente dos historias entrecruzadas del pasado: la investigación de un asesinato a mediados de los años 70, cuando la represión y los abusos de poder de la dictadura argentina estaban en su apogeo, y el amor que va naciendo entre dos funcionarios de los juzgados, la pareja protagonista, interpretados por los grandes Ricardo Darín y Soledad Villamil. Son dos soberbios actores y lo demuestran una vez más en esta peli. A Ricardo Darín es difícil no creérselo, haga el papel que haga. Se une a ellos esta vez Guillermo Francella, que también está inmenso en su papel.Me gustan todas las películas de Campanella que he visto, desde El mismo amor, la misma lluvia y Luna de Avellaneda, que quizá eran más intrascendentes, a El hijo de la novia, que me parece una de las mejores películas de amor nunca rodadas y la serie de televisión Vientos de agua, injustamente maltratada y retirada de la programación por Tele 5 hace unos años. Me gustan porque, además de ser muy buenas técnicamente y contar las historias de manera impecable, reflejan muy bien los sentimientos humanos.
Aunque parezca la cosa mas sencilla, contar una historia normal sobre personas normales que se enamoran, luchan por un ideal o no se atreven a confesarse sus sentimientos no es nada fácil y las películas que lo logran, mezclando magistralmente la comedia con el drama, se pueden considerar CINE con mayúsculas. Campanella suele lograrlo más que a menudo.
Aunque parezca la cosa mas sencilla, contar una historia normal sobre personas normales que se enamoran, luchan por un ideal o no se atreven a confesarse sus sentimientos no es nada fácil y las películas que lo logran, mezclando magistralmente la comedia con el drama, se pueden considerar CINE con mayúsculas. Campanella suele lograrlo más que a menudo.
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