De nuevo el maestro Hayao Miyazaki nos regala una de sus míticas creaciones Ponyo en el Acantilado, 2008. En esta ocasión, nos propone una historia llena de fantasía, amistad y amor, con los típicos mensajes ecologistas y de protección de la naturaleza a los que nos tiene acostumbrados este autor y que tanto nos gustan. La historia gira en torno a la amistad que surge entre un niño humano (Sosuke) y una niñapez (Ponyo), más tarde resultará que la pequeña pececita es más de lo que parece... un gran poder mágico la rodea, ya que sus padres son nada menos que dioses que custodian el mar. Creo que antes de seguir contándoos la historia, lo mejor que podéis hacer es verla.
Posiblemente, como ya se podía intuir en Nausicaä del Valle del Viento (1984) aunque de una manera menos directa, esta sea la película de Miyazaki que presenta una mayor influencia paleontológica, ya que por primera vez aparecen animales pretéritos ya extinctos reales, como por ejemplo trilobites o peces devónicos... e incluso podremos oir hablar de ¡los mares cambrianos!
Lo dicho, una nueva obra maestra de Miyazaki, el que sin lugar a dudas es uno de los mejores animadores japoneses de la historia, por no decir el mejor. No os defraudará.
Mis respetos al sensei Miyazaki!
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