Sesión 2: Tokyo Drifter

En la segunda sesión de nuestro cineclub pudimos ver la película Tokyo Drifter (Tokyo Nagaremono), dirigida en 1966 por el director japonés Seijun Suzuki. Se trata de una película de serie B del género yakuza que narra la historia de Tetsuya, un antiguo yakuza reformado que se ve obligado a volver a delinquir por "presiones externas".

Más allá de la historia del lobo solitario enfrentado a su destino ya contada en multitud de ocasiones, y muy especialmente en el cine de yakuzas o de samuráis, lo más interesante de esta película es su aire sesentero y las claras influencias del cómic y el pop art en el tratamiento del color, en los encuadres y en las transiciones entre escenas acompañadas de textos explicativos. Todo ello en una atmósfera surreal y muchas veces cómica. De hecho, Suzuki fue despedido de la productora Nikkatsu tras dirigir dos películas más, por considerar sus responsables que realizaba un cine "incomprensible".

Una escena de Tokyo Drifter

El cine japonés siempre sorprende porque, siendo ajeno al modelo hollywoodiense tanto en temáticas como en modos de producción, adopta sus códigos y referencias cuando le pueden ser útiles. Esta se puede calificar sin duda como una peli muy influenciada por la cultura pop que se empieza a desarrollar en los años 60 en Estados Unidos. No es el único director que se vio influenciado por ella. Jean Luc Godard, casualmente también en 1966, rodará Made in USA, donde mostrará onomatopeyas comiqueras en las escenas de acción y un look igual de poppy que el de Suzuki.

Una escena de Made in USA

Como curiosidad final, Suzuki codirigió uno de los largometrajes de la saga Lupin III, llamado Legend of the Gold of Babylon, cuya carátula podéis ver bajo estas líneas. Desde aquí mi homenaje a Seijun Suzuki, un gran director.