miércoles, 20 de octubre de 2010

Hierro 3 (2004)

Tengo una sensación extraña con las películas de Kim Ki-duk. Todas son poéticas y muy influenciadas por la filosofía oriental, sobre todo por el taoísmo -ese círculo de las estaciones narrado en Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera (2003)- y los silencios y los espacios vacíos del zen -presentes en Aliento (2007) y en la que nos ocupa hoy. Hierro 3 es la historia de Tae-suk, un vagabundo que pernocta en casas desocupadas, en una de las cuales conocerá a una mujer, Sun-hwa, que es maltratada por su marido, al que abandonará para unirse al protagonista en su deambular por las casas deshabitadas. Lo resaltable de la relación que se establece entre ambos personajes es que ninguno de los dos tiene una sola línea de guión en toda la película, es por tanto una relación silenciosa y que transcurre en casas ajenas, hasta que algo se complica y Tae-suk termina en la cárcel.
Durante su estancia en prisión, Tae-suk perfeccionará una técnica para hacerse invisible y así, una vez que sale, volverá a casa de Sun-hwa, que ha vuelto con su marido, para convivir con ellos sin que aquel se entere. La escena final, en la que Sun le besa mientras abraza a su marido es un buen hallazgo cinematográfico.
Como decía al principio, Kim Ki-duk me descoloca. Reconozco la belleza de sus películas, pero siempre me quedo con la sensación de que me pierdo algo, de que no alcanzo la profundidad que el autor demuestra en ellas y de que, muchas veces reflejan un mundo tan personal que a mi me cuesta entrar en él. En cualquier caso, merece la pena verlas todas y opinar.

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