domingo, 17 de octubre de 2010

Metropolis (SITGES 2010)

En el Festival de Sitges de este año se ha proyectado un gran clásico de la ciencia ficción, cuya robot protagonista María, además, da imagen al trofeo del festival: estamos hablando de Metropolis, dirigida por Fritz Lang en 1927. El motivo de esta proyección (si es que debe haber alguno para disfrutar de una verdadera obra maestra del cine) es la aparición de una nueva copia en el Museo del Cine de Argentina, con escenas que se creían perdidas para siempre y que, tras un proceso de restauracióin, ya puede ser disfrutada en su integridad.¿Y qué decir de Metropolis que no se haya dicho ya? Verdadera obra maestra de la ciencia ficción, pero también obra visionaria ante el nacimiento del capitalismo y los problemas que este plantearía en el futuro: el hacinamiento de la vida en las ciudades, la lucha por los derechos de la clase obrera y el desenfreno de los felices años veinte.
Fritz Lang sitúa la historia en una ciudad futurista donde las clases más privilegiadas viven en la superficie, mientras que los obreros viven en el subsuelo. Estos cuentan con una líder, María, que les infunde esperanzas para el futuro ante la llegada de un mediador que intermedie entre ellos y los ricos propietarios de la superficie. Mientras, en la superficie, Johhan Fredersen dirige la ciudad con mano de hierro. Su hijo Fred, por casualidad, conocerá a María y empezará a conocer los problemas de los obreros y a identificarse con ellos. Ante la creciente organización de los obreros, Johhan Fredersen ordenará a un científico que trabaja en la creación de un robot, que le dé el aspecto de María para que manipule a los obreros hacia la violencia. Así, amparándose en el caos que se desatará, él también podrá utilizar la violencia contra ellos.
La película es una reflexión sobre la manipulación de las masas y el conflicto de intereses (que aún hoy existe) entre la clase trabajadora y las clases poderosas, pero también es una obra maestra del expresionismo alemán rodada en los míticos estudios UFA y, viéndola, llegamos a la conclusión de que directores como Lang, Murnau o Wiene eran totalmente modernos ya en los años 20, que el cine de hoy realmente inventa pocas cosas (si es que llega a inventar algo) y , sin embargo, les debe mucho a aquellos grandes visionarios del cinema.

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