Pocas películas he visto a las que se les pueda aplicar con más propiedad el adjetivo "inclasificable". Está dirigida por el prolífico Takashi Miike, que tan pronto te hace descacharrantes adaptaciones de mangas como Zebraman (2004) o Yatterman (2009), antologías del sadismo escatológico como Audition (1999), spaghetti westerns a la japonesa como Suykiyaki Western: Django (2007) o pelotazos taquileros en Japón como la saga Crowns Zero (2007 y 2009), adaptación del manga del mismo nombre.
La peli que nos ocupa hoy se puede considerar un musical tétrico con secuencias de animación y mucha comedia (ahí queda eso). Nos cuenta la historia de los Katakuri, una familia pelín friki que monta un hostal en un pueblecito japonés muy bucólico. Al principio no tienen clientes, pero después empezarán a llegar, y ahí empezarán los problemas... No cuento más, pero no puedo dejar de recordar la escena en que una pareja formada por un luchador de sumo y una chica menudita llegan a hospedarse al hotel. Una vez en su habitación, durante la noche se oye un estruendo, y los Katakuri se encontrarán con el cuadro de dolor de la chica sepultada bajo el inmenso sumotori, que murió tras descargar demasiada energía sexual sobre ella. Escena imperecedera.
Os dejo con la secuencia de animación que abre la película. No os puedo decir que viéndola os vayáis a hacer mucha idea del tipo de peli que es, pero creo que merece la pena por su alejamiento de lo que estamos acostumbrados a ver por esos lares cinematográficos.
Tendremos que verla............
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